EL ORIGEN.. (Las mujeres, que son muy listas)

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Este post es para contaros un pequeño secretillo… Ssshhht!!! No quiero risas.. Os advierto antes de comenzar a leer ;P

Se acercaba el cumpleaños de la que hoy es mi mujer ( y impulsora convencida también de Prandium )… hace ya algunos años. Yo, para esos entonces era el típico «jovenzuelo» de más de 30 con aires de Peter Pan. Vamos, lo que nos pasa a muchos, que no hacemos ni el huevo y practicamos el arte de la cocina en modo “supervivencia”.

Definamos supervivencia: tupperware de la mama, bocadillo del bar de abajo, pizza de supermercado (sabías que la puedes congelar y que sobrevive más de unos meses olvidada en el congelador?), yogures en todas sus variedades (mola tener alguno caducado de vez en cuando) y para esos días en que te sientes un poco deportista, las ensaladas en bolsa que además, causan un efecto de sorpresa en las mujeres que abren tu frigorífico…

Pues bien, iba yo feliz con mi nevera que permitía jugar un partidillo dentro de ella y a eso que le voy “preguntando” con aquella sutileza varonil a mi pareja: Cariño, ¿Qué te hace ilusión para tu cumple?…

Yo ya me imaginaba el día antes del evento, corriendo a toda prisa por el Corte Inglés intentando dar caza a algo que le provocara una sorpresa. Lo que nos caracteriza a los hombres es la originalidad… o sea, que un bolso o unos zapatos que la dependienta nos quiera vender serviría.

Respuesta de la “amiga”…. Yo lo que quiero es que cocines para mí.

Zaaaaas!!!! De repente noté un sudor frio, como si una espada travesara mi espalda y hiciera añicos mis riñones…PERO SI NO TENGO NI IDEAAAA!!!

Con toda agilidad, llamo a mi amigo del alma. Sí, ese que te soluciona las papeletas….Ei, que mira que me ha pedido?… Si es que las tías son muy listas y muy raras…me contesta. Pero ni idea de lo que debo hacer.

Rápidamente, plan B. O sea, el plan A que debería haber pensado antes. Mi madre.

Así que ya me veis con mi madre, en el mercado de la Boquería de Barcelona comprando los ingredientes para deslumbrar a mi dama… Puedo ver todavía esa cara de mi madre desprendiendo una sonrisa entre maléfica y de orgullo… una mezcla rara que sólo ella y su nuera entienden.

Lo cierto es que la cena fue un éxito. No sé si por cómo quedó o por el empeño y la ilusión que le puse. Desde ese día, la cocina me cautivó y ahora es una de mis mayores pasiones que además, nos repara buena salud y buenos hábitos. Ah! Y el que cocina en casa soy yo….. ¿Veis porque digo que las mujeres muy listas?

Encantado de haberle regalado esa cena.;)

 

Lluis prandium fideua

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